jueves, 21 de julio de 2011

Desgarche, otra traba mas en mi lucha por ponerla... - Experiencia


Mas que desamores, lo mio fueron desgarches.

No se si entiende el concepto, pero yo no buscaba amor, buscaba lo otro. 
Y en mi búsqueda constante por ponerla hice de todo. 

Llegué a pensar que el sexo no era para mi. En ese momento, recurrí al proximamente prohibido rubro 59.

Mi inexperiencia en la materia hizo que no entienda algunas cosas o algunas palabras.
Un aviso decía "Trav... ajadora del sexo. Act/Pas. Cola golosa. PT sin. 4832-XXXX". ¿Cómo hacer para decodificar el aviso? TraVajadora, el error de tipeo me mareó, pero lo aduje a la rapidez con la que muchas veces se publican las cosas. Lo bueno era que trabajaba el sexo y eso era lo que yo buscaba. Después venía el tema de "Act/Pas" ¿? ¿Subte Pass? ¿Au Pass? Imaginé que era alguna tarjeta de beneficios, que, si me iba a empezar a dedicar al rubro, no me venía mal tenerla. Lo de cola golosa lo pensé desde un lado cariñoso, así que tenía planeado pasar por un kiosko para llevarle un chocolate. "PT sin" que sería algo así como sin PT y, como lo que a mi me interesaba en ese momento era lo vaginal, el bucal lo podíamos dejar para otro día. El teléfono me cerraba, quedaba en Palermo y yo vivía ahí.

El llamado fue anecdótico. Me atendió un flaco, con voz de futbolista de la Primera B Metropolitana, pero sospeché que era el recepcionista. Coordiné el encuentro para diez minutos después, quedaba a tres cuadras de mi casa. Y él me despidió con un "Chau Chu, te espero...". Que buena onda, pensé.

Me vestí lindo y salí con rumbo el garche!

Toqué el timbre en el edificio que quedaba sobre Santa Fe, me responden y me abren desde arriba. El portero me pregunta "¿A qué departamento vas?" "2º F", le contesto, su sonrisa me metió la primer duda...
Subí por la escalera, mis nervios de poder concretar eran grandes. Me tropecé, me golpeé, pero seguí entero!

Cuando se abrió la puerta, lo/la encontré ahí. Ella era muy feo. Pero muy. Yo todo prolijo, afeitado, bañado, perfumado. Ella, con barba, con olor a caucho y perfume barato.
Lo primero que pensé fue "pobre mina, que baqueteada que está". Al escucharla hablar, la desilusión fue mayor "Encima tiene una angina terrible que le dejó la vos ronca".

- ¿Cuánto tiempo te vas a quedar, bebe?
- Lo que aguante, dulce. - Si, me gusta tratar a la gente con cariño.
- Bueno, son 100 pesitos, entonces, pagame antes por favor.

Le pagué mi pase al placer.

- ¿Sos activo o pasivo?
- Activo, me gusta tomar la posta, no quedarme tirado en la cama y que trabajen las mujeres.
- Pasa al baño, lavate bien, tenés jabón liquido.

Le hice caso, fui al baño, me lave y, cuando salí, estaba ella tirada en la cama, que tenía una sábana que raspaba más que sus mejillas.

Empezamos con el franeleo... Yo quería tocarla, pero no me dejaba, "mierda, está indispuesta", no se sacaba la bombachita. Las tetas eran grandes pero no naturales, el culo tampoco. Yo no me quería sacar el boxer, quería estar en igualdad de condiciones...

En un descuido pude manotear. Imaginarán mi reacción. Se me vino el mundo abajo en ese instante. En un segundo entendí todo, el aviso, la barba, la voz ronca, la bombachita, mis fracasos sexuales, mi pasado, mi presente, mi futuro...

Ella, que en ese momento pasó automáticamente a ser EL, se dio cuenta.

- Pibe, ¿Qué te pasa?
- .....
- Pibe, ¿Estás bien?
- ......
- Date vuelta pibe, se que te gusta.

(Me visto rápido, salgo corriendo, bajo por la escalera, le ruego al portero que me abra y rajo para casa)

Me di vuelta, pero me bajé de la cama....

- Pibe, no te vayas, no me vas a dejar así, por lo menos chupamela un poquito.
- Mirá pelotudo, ¿cómo no me dijiste que eras un chabón? - Nunca entendí de donde saqué esa reacción, pero fue lo que me salvó.
- Andate, pendejo forro, andate antes de que te cague a trompadas.

Me vestí rápido, salí corriendo, bajé por la escalera, esta vez no me tropecé, le rogué al portero que me abra la puerta, lo hizo estallado de la risa y rajé.

Al llegar a casa entendí lo que nunca tendría que haber forzado: El garche no está hecho para mi...

Triste, los saluda un loser...
@augustogloop

lunes, 13 de junio de 2011

Tocadita - Anécdota en primera persona

Todavía estoy agitado de lo que tuve que correr.
Calculo que acá no me van a encontrar. Estoy refugiado en un Cyber, en un subsuelo de la calle Florida.
No se como contarles lo que me pasó, pero antes de seguir, quiero aclarar que tampoco fue taaaaaaaaaaan terrible...

Cada estación tiene su lado lindo.
Y todo lo lindo, generalmente, está relacionado con las mujeres.

Así como el verano tiene las minifaldas y los escotes, el invierno tiene una prenda que a mi me vuelve loco: las calzas!
Las mujeres que salen del gym con esas calzas, esas que se incrustan, esas que reflejan un paisaje fabuloso, solo hacen que nosotros tengamos ganas de una sola cosa....

La cuestión es que subí al 152, como todas las mañanas... Llegando al Alto Palermo subió ese culito fabuloso... Mi cabeza (de abajo) se puso como loca... Pero mas loca se puso mi mano derecha, esa misma que me da alegrías todas las noches hace tanto tiempo...

El colectivo se fue llenando y el culito se fue acercando. Convengamos que el va y ven del colectivo, sumado al fricción del amigo con el jean, hacen que lo sexual le gane terreno a lo racional. Nada más cachondo que el transporte público.

Llegando al centro, el culito quedó a tiro. Todos alguna vez tocamos un culo en la vía pública o en algún tipo de transporte. Mi error no fue ese. Mi error fue que lo hice sin disimulo y con la palma de la mano. Si, no me resistí! Habían pasado mas de treinta y cinco minutos viendo eso y, cuando estuvo al alcance de la mano, valga la redundancia, mi mano se encargó del resto. Me van a decir que soy un zarpado, que como hice eso, que piense que le puede pasar a mi hija cuando sea grande, pero no, no lo resistí. Ese simple roce justificó lo que viví después.

A la dueña del culito perece que no le gustó. Se dio vuelta y me encajó un sopapo al grito de "DEGENERADO", que hizo que todos los pasajeros me claven sus miradas y alguna mano también. De repente, la puerta de atrás se abrió y pude salir corriendo por ahí. Leandro N. Alem me encontró corriendo con tres personas persiguiéndome. "¡Párenlonnnnn, es un dessssssgenerado!". Menos mal que nadie les hizo caso y que los que me perseguían eran tres viejos. Llegando a Florida me di cuenta que ya no me seguían. Transpirado, a pesar del frío, busqué un refugio y aquí me tienen.

Voy a arrancar porque si no llego a laburar voy a tener más problemas.

Tengo la conciencia tranquila, solo toqué un culito hermoso que me provocó poniéndose esas calzas. El que nunca haya tocado un culito, no sabe lo que se pierde.

Mi consejo, y lo tomo como un auto-consejo, es que tratemos de no ser tan evidentes. Se puede hacer lo mismo sin tanta exposición. Y a las mujeres, por favor, no se ofendan si les tocan un poquito el culo. Es algo natural, es algo que viene con nosotros de nacimiento, algo así como caminar, hablar y coger...


Los toquetea, agitado y emocionado, un amigo @augustogloop

miércoles, 6 de abril de 2011

Mi primer dia GAY - #NotaMental

Un día amanecí con la sensación de que todo hay que probarlo en la vida.
Con esa confirmación, decidí hacerme PUTO.
Y arranqué ese día como mi primer día de GAY.

Salí de mi departamento en Villa Crespo y me pregunté por donde arrancar. Caminé con rumbo a la Avenida Santa Fe, ícono de la comunidad homosexual. La remera de la selección argentina que tenía puesta no me ayudaba. Volví a casa. Revisé el placard, del cual intentaba salir, pero solo encontré remeras de fútbol y rockeras. Ni una de Air Supply.

Primera #NotaMental Comprarme ropa acorde a mi nueva condición.

Ya en Santa Fe me puse a buscar ropa y calzado, mis botines de F5 no daban. Caminando, encontré un negocio que daba bien gay. Entré y, obviamente, me recibió un empleado gay. Pensé que era lo ideal. Pero, ¿cómo arrancar con mi pedido?
Recuerdo que la charla fue algo así:

- Hola, ¿En qué lo puedo ayudar?
- Si, me acabo de hacer gay y no tengo ropa que me identifique.
- ¿Cómo que te acabas de "hacer" gay?
- Eso, simple, a partir de hoy soy gay.
- Pero eso no es una determinación tan simple. ¿Qué edad tenés?
- 32, pero no entiendo porque me lo preguntas.
- ¿Y alguna vez tuviste inclinaciones homosexuales?¿Dudas?¿Estuviste con un hombre?¿Besaste un hombre?¿Te garchaste un hombre o te garcharon?
- La verdad que a todo lo que me preguntas te tengo que decir que no. Nunca me pasó nada de lo que me preguntas. Y en realidad me hice puto solo porque pienso que en la vida hay que probar todo.

La charla siguió por rumbos desconocidos. Me ayudó con la elección de la ropa. Mucho rosa, todo muy ajustadito, la verdad es que no estaba cómodo. Encima mientras me probaba pantalones, el vendedor se me metió en el cambiador, quiso que iniciarme, me quiso besar, me toqueteó un poco, pero no consiguió hacerme probar un hombre.

Segunda #NotaMental Si sentís rechazo por los hombres nunca vas a poder ser puto.

Mi día siguió caminando por la avenida, cruzándome con minas espectaculares, a las que no podía evitar mirarles las tetas y los culos. Evidentemente iba mal. Encima ellas no me miraban porque ya estaba lookeado gay. Me tomé el trabajo de buscar un hombre que me guste. Un hombre al que no me dé asco besar. A las dos horas, y después de haber caminado desde Pueyrredón hasta 9 de Julio, me dije que no iba a ser fácil ser homosexual si me gustaban tanto las mujeres.

¿Cómo arrancar? ¿Será esto para mí? A esta altura sentía que iba a fracasar nuevamente en uno de mis tantos intentos por probar cosas nuevas. Pero no quería bajar los brazos tan rápido. Así que me decidí a lograrlo. Me dije que al primer hombre con pinta de homo que me cruzaba me lo encaraba. Y a los dos minutos encontré mi candidato. Lo miré fijo a los ojos. Me devolvió la mirada. Le sonreí. Me sonrió. Lo saludé. Me saludó. Lo invité a tomar un café en ese momento y aceptó. Bien, estaba dado el primer paso. Ya estábamos sentados en un bar de Plaza San Martín. La charla era rutinaria, se llamaba Gonzalo (guiño), tenía 29 años y no estaba en pareja. Pero obviamente la tuve que arruinar.

- ¿De que cuadro sos?
- No, no me gusta el fútbol. Me parece un deporte muy violento. Además son veintidos animales corriendo atrás de una pelota... Que asco...
- ¿Como que no te gusta el fútbol? No entendés nada. El fútbol es pasión.
- No, no me gusta ni un poquito. Todos transpirados, cuanto olor, me dan nauseas de solo pensarlo.
- ¿Pero que sos trolo que no te gusta el fútbol?
- Si, soy trolo. Y pensé que vos también lo eras. Andá a cagar hijo de puta.

Se paró y se fué. Quedé solo en el bar, pagando la cuenta y sin haber podido avanzar. Además debo confesar que en ningún momento tuve la sensación de poder besarlo. Definitivamente me estaba dando cuenta de que la homosexualidad no era para mi. Por lo menos en ese momento.

Caminé con rumbo a Corrientes para tomar el subte de regreso a mi hogar. En el medio me dieron una tarjeta de un cabaret barato y acepté entrar. A los diez minutos ya estaba en los reservados, pagandole la copa a la primera que se me acercó. Ese olor a puta barata me puede. Ese perfume berreta que llevan es mi perdición. Mi día, que había arrancado con la homosexualidad golpeando a mi puerta, estaba, a esa altura, regalandome un pete brutal, de esos que dan las veteranas del centro.

Una vez concluido el asunto, pasé por el baño a higienizarme (si, en esos baños lo único q no hay es higiene) y emprender el regreso frustrado a mi morada.

Tercera #NotaMental El día que decidas hacerte PUTO tenés que estar bien definido.

FIN

Los saluda su amigo hetero @augustogloop

martes, 22 de marzo de 2011

El auto - ensayo

Cuando leo, escucho o recuerdo mis años jóvenes, llego a una conclusión terrible: No hay más incómodo que garchar en el auto. El que dice que le gustó el garche en el auto es porque tiene gustos raros o es contorsionista o tiene una Renault Traffic.
A todos nos tienta el hecho de hacerlo en la vía pública, que nos puedan encontrar, que nos vean disfrutar. Pero en un auto no hay forma de encontrar una posición cómoda. Las veces que lo hice, de pendejo obvio, terminé contracturado. Me terminó doliendo todo. Me han golpeado la ventana. Esta situación hace que te vistas o te pongas presentable en un segundo y pienses que no se dieron cuenta de lo que estabas haciendo. Porque convengamos que en el auto no se coge en bolas.
¿Quién no tuvo un fracaso en un auto?
¿A quién no le sacaron la mano?
¿A quién no se le bajaron de un auto?
Mi gran fracaso en un auto se dió hace varios, varios años.
Pasé a buscar una niña por su hogar, dulce hogar, que quedaba en el gran Buenos Aires. La, en ese momento, estimada sube al coche y emprendemos viaje. Estaba todo dicho, no había mucho para desarrollar, al instante nos estábamos besando. Debo haber avanzado unas cinco cuadras y detengo el vehículo (frase policial) en una zona, llamémosla, oscurita. Hoy no voy ahí ni de día.
El juego empezó como de costumbre, besos van, besos vienen....
Mis habilidades circenses (nulas) hicieron que al ratito este refugiado en el piso del asiento del acompañante, arrodillado, pecebreando a lo pavote. (Como me gusta pecebrear y eso que soy judío). Mi espalda ya estaba contracturada, pero no podía abandonar y no abandoné. Bendigo a la amiga que le recomendó a ella que se ponga ese vestidito, con jeans hubiese sido imposible la acción.
Una vez concluído el asunto, ¿lo lógico que sería? Obviamente, la retribución de gentilezas. Acá empezaron los inconvenientes. Luego de varios intentos, me dí por vencido y no logré que me toque un pelo. Si, leyeron bien, no me tocó un pelo luego de que yo me contracturara todo para darle placer a ella.
Mi enojo hizo que la noche termine en ese momento. Cinco cuandras para atrás, saludos de rigor y de vuelta a casa.
Imaginarán el tamaño de mis miembros ovalados. Explotaban. No aguantaba llegar a mi casa para desagotar.
Y si, fue la primera vez que me toqué manejando (hubieron mas, obvio). Comencé a cascarme y el final llegó en un lugar espectacular! Acabé arriba del Puente Pueyrredon! Ese que une Avellaneda con la Capital. Creanme que ni el olor del Riachuelo pudo hacer que yo no termine con mi labor manual. Se preguntarán como me limpié. En esa época juvenil, todavía usaba los calzones Eyelit con toallita, una garantía de limpieza!
Debo confesar que esa práctica no se convirtió en una costumbre, pero lo he experimentado en otras ocaciones.


Saluda atentamente, @augustogloop

viernes, 25 de febrero de 2011

¿Seré Puto? - Ensayo ficcionado (?)

(el post puede contener material que atente contra las buenas costumbres de algún reprimido que ande dando vueltas por ahí)

Partamos de la base de que todos tenemos algo de gays, trolos, putos o como los quieran llamar.

También aclaremos mi filosofía sexual: "En la cama y con una mujer, todo".

Hace unos cuantos días esta pregunta me está dando vueltas en la cabeza. Después de algunos intercambios con gente me quedó esa duda.

Vamos por partes:
- Nunca estuve con un hombre.
- Nunca me dieron ganas de estar con un hombre.
- Nunca me van a dar ganas de estar con un hombre. (creo)

Entonces se preguntarán de donde viene mi duda. Yo también me lo pregunto, ya lo ven.

Hace un tiempo tuve un intercambio de pareceres con una amiga. Le dije que me encantaba que me chupen las tetas. Ella se horrorizó. Me dijo que eso era de trolo, que a ningún hombre le gustaba eso, que era un pervertido. Entonces le propuse que hagamos una encuesta por alguna via 2.0. Llamó a licitación y la respuesta fue contundente. De cada 10, solo uno confesaba que le gustaba lo mismo que yo. La verdad es que a mi me gusta tanto que creo que los demás no se animan a reconocerlo. ¿Está mal sentir placer con lo mismo que lo siente una mujer? ¿Es eso de gay? Confieso que se me ponen los pezones de punta, que me los tocan en ese momento y estallo. 

Otra de las cosas que tengo es que me gusta que me besen la cola. Otro ida y vuelta derrapando me hizo llegar a esa confesión. Si, me gusta. Y obvio que me van a preguntar si me gusta que me cuelen un dedo. Saben la respuesta, ¿no? Si, también me gusta. Los hombres que están poniendo cara rara, ¿Alguna vez lo probaron? Si la respuesta es SI, sabrán entenderme. Si la respuesta es NO, no saben lo que se pierden. Claro, me van a preguntar que se siente. Es un placer difícil de explicarlo. Me causan gracia los que hablan de falanges, que una falange si, que más no. Les pregunto ahora a ellos. Cuando están ahí, con la colita paradita y toda chupadita, ¿cómo mierda se dan cuenta lo que está entrando? Yo pienso que cuando hubo mucho beso negro del bueno, te pueden meter hasta una silla que lo vas a disfrutar.

En tren de confesiones, no, eso mejor no decirlo. El que me sigue, alguna vez lo he dicho, es medio asqueroso y creo que no hace a la cuestión haberse probado a uno.

De todos los que ya no tienen dudas, que alguien me niegue que nunca intentó chuparsela. Yo no llego, la panza y mi poca elasticidad no me lo permiten. Pero estoy seguro que de llegar, me la chuparía mas de una vez. Che, es una parte propia. ¿Acaso no se la tocan? ¿Y se la tocarían a otro? Yo no, tomen! Pero la mía me encanta tocarla mucho. El otro día conté que en los 90' me debo haber tocado el 98% de los días. Incluso los días que cogía. Si, en esa época cogía. (No mucho).

No siento nada cuando escucho "yo soy lo que soy y no tengo que dar excusas por eso" de Sandra Mihanovich. Pero me siento una diva cuando escucho "¿A quién le importa?" de Thalia. Eso me acerca un poco más a la homosexualidad y lo se. Se me llena el culo de preguntas. Acá no puedo discutirles.

Ojo, tengo cosas que me alejan del tema. Soy desordenado. No soy para nada coqueto. No me gusta Erasure (aunque me se el pasito de oh lamour). No me gusta Ricky Martin. No conozco un hombre que me atraiga. Mi permitido es una mujer. No tomo Coca Light. No tengo ropa rosa. No doy suave. 

No se, el tiempo dirá. Quien dice en un tiempo sigo los pasos del pibe Candelmo y me encuentran por los bosques de Palermo revoleando la ......... cartera.

Yo pienso que alguien más alguna vez se lo habrá planteado. 

Mi conclusión de hoy es que todavía no estoy preparado para lastrarme una.

No se asusten! Es ficción!



Los saluda un servidor @augustogloop

jueves, 10 de febrero de 2011

Cita a ciegas Real - Fantasía



                                                           ... soy vagabundo de tu lado más profundo
                                                           por un segundo de tu cuerpo doy el mundo...
                                                                     AC - La parte de adelante


Las reglas eran claras.

- Oscuridad total.
- Nada de nombres.
- Nada de datos personales.


Llegué al juego acompañado por un amigo, era parte de las instrucciones que habíamos leído. Me vendó los ojos y me acercó a la puerta. De repente sonó un timbre, abrí la puerta y entré. Sentí una respiración no muy lejos luego de que se cerró la puerta. Conté hasta veinte y me quité la venda. Era exactamente lo mismo. No se veía nada.


- Hola - dije.
- Hola - me respondió una voz muy dulce a unos dos metros de distancia.


Empecé a caminar lentamente con las manos para adelante. De repente tuve mi primer contacto. Sentí su piel. La acaricié. Imaginé que tenia puesto un vestidito cortito y sin mangas, porque pude tocar su hombro. Ella me acarició la cara. Buscando mis rasgos. Yo hice lo mismo. Todo era muy loco.


Habrán pasado dos minutos en los que nuestras manos fueron conociendo el otro cuerpo en una forma muy suave. Tenía lindas formas. Lentamente nos empezamos a besar. Me gustaron sus besos. Sospecho que le gustaron los míos. Las caricias se fueron transformando en abrazos y de a poco la ropa fue abandonando nuestros cuerpos. Casi sin quererlo, solo nos habíamos saludado y ya estábamos los dos desnudos.


El juego tiene es gustito de lo desconocido. Esa adrenalina que genera una situación nueva e irrepetible. Los nervios hacen que uno no sepa como actuar, como moverse. La oscuridad potencia los otros sentidos. El tacto se vuelve energizante. El gusto desarrolla nuevas sensaciones. El olfato crea decorados. El oído potencia los sonidos.

Todo fluyó hacia una cama que descubrimos entre los besos y los abrazos. Nos recostamos y volamos. Todo a oscuras y en silencio. Su cuerpo era hermoso, armonioso, perfecto. Sus movimientos eran únicos. Yo estaba que explotaba. Mi sexo no entraba en mi cuerpo. Seguimos besándonos e hicimos todo lo que se pueda hacer en una cama entre un hombre y una mujer. Todo.

Había un tiempo estimado del que no nos podíamos exceder. Cumplido el mismo, teníamos que buscar una de las puertas para salir sin poder mirar atrás. Del otro lado nos iba a estar esperando alguien desconocido que nos llevaría con la persona con la que vinimos. La señal era un timbre. Un timbre que nunca hubiese querido escuchar.

Nunca supe si nos estaban viendo o escuchando. Llegamos juntos al final con una precisión incalculable. Caímos rendidos en las sábanas que para ese momento ya estaban revueltas. Volví a besarla ya por última vez. Sonó el timbre.

- Me volviste loco - le dije.
- Y vos a mi - alcancé a escuchar.

Un último beso fue necesario.

Desnudo, volví a caminar con las manos hacia adelante, pero esta vez en busca de un picaporte. Lo encontré.  Golpée la puerta y del otro lado abrieron. La luz era muy tenue. Salí sin darme vuelta. Me alcanzaron una bata y me llevaron hasta un baño. A los cinco minutos llegó mi amigo con mi ropa. Me vestí y salimos del lugar.

En mi cabeza quedaron tatuados su olor, su gusto, sus formas y, sobre todo, su hermosa voz. Aunque solo le escuché cinco palabras.






derrape fantasioso by @augustogloop

miércoles, 2 de febrero de 2011

Esas ganas - Maqueta



                                                                                   Y sin sabe por qué
                                                                                   me quedo viendo el sol caer...
                                                                                   (AC - Comida China)



El día terminaba y yo seguía a la deriva.
Tenía ganas de hacer algo, pero todavía no conocía a nadie como para interactuar.
Mi vida en esta nueva ciudad me estaba costando mucho más de lo que me imaginaba.
Sentado en el banco de la plaza del centro, solo venían a mi viejos recuerdos de una vida que se alejaba demasiado.
La decisión de haberse alejado de la gran ciudad me hacía bien a la cabeza, pero mal al estado de ánimo.
Me estaba purificando, me estaba rescatando, pero ya estaba empezando a sentir la necesidad de hablar con alguien más que mi capataz.
Todo el día recolectando frutas. Un stop al mediodía para comer algo y después a la ciudad a descansar en la habitación que había alquilado.
Rutina.
Rutina.
Rutina.
El gustito seguía ahí.
El miedo también.
Las ganas nunca se iban.
De repente, apareció ella. Como caída del cielo. Y creo que me bloqueé.
No podía dejar de mirarla. No podía dejar de desearla. No podía dejar de soñarla.
Pero mi timidez era más fuerte.
Nunca imaginaba que podía ser ella la que de el primer paso. Y lo dió.
Se acercó, me preguntó mi nombre, me sonrió y se fué.
Yo seguí sin moverme. Ahí sentado. Atrapado por mi vergüenza. Viendo como el sol se iba.
Por primera vez en mi vida no se me cruzaron los pensamientos oscuros que me acompañaron hasta este pueblo.
Las ganas de matar se habían dispersado en el campo.
Podía decir que estaba empezando una nueva vida.
Espero poder aguantar.
Ya no se para donde escapar.