viernes, 25 de febrero de 2011

¿Seré Puto? - Ensayo ficcionado (?)

(el post puede contener material que atente contra las buenas costumbres de algún reprimido que ande dando vueltas por ahí)

Partamos de la base de que todos tenemos algo de gays, trolos, putos o como los quieran llamar.

También aclaremos mi filosofía sexual: "En la cama y con una mujer, todo".

Hace unos cuantos días esta pregunta me está dando vueltas en la cabeza. Después de algunos intercambios con gente me quedó esa duda.

Vamos por partes:
- Nunca estuve con un hombre.
- Nunca me dieron ganas de estar con un hombre.
- Nunca me van a dar ganas de estar con un hombre. (creo)

Entonces se preguntarán de donde viene mi duda. Yo también me lo pregunto, ya lo ven.

Hace un tiempo tuve un intercambio de pareceres con una amiga. Le dije que me encantaba que me chupen las tetas. Ella se horrorizó. Me dijo que eso era de trolo, que a ningún hombre le gustaba eso, que era un pervertido. Entonces le propuse que hagamos una encuesta por alguna via 2.0. Llamó a licitación y la respuesta fue contundente. De cada 10, solo uno confesaba que le gustaba lo mismo que yo. La verdad es que a mi me gusta tanto que creo que los demás no se animan a reconocerlo. ¿Está mal sentir placer con lo mismo que lo siente una mujer? ¿Es eso de gay? Confieso que se me ponen los pezones de punta, que me los tocan en ese momento y estallo. 

Otra de las cosas que tengo es que me gusta que me besen la cola. Otro ida y vuelta derrapando me hizo llegar a esa confesión. Si, me gusta. Y obvio que me van a preguntar si me gusta que me cuelen un dedo. Saben la respuesta, ¿no? Si, también me gusta. Los hombres que están poniendo cara rara, ¿Alguna vez lo probaron? Si la respuesta es SI, sabrán entenderme. Si la respuesta es NO, no saben lo que se pierden. Claro, me van a preguntar que se siente. Es un placer difícil de explicarlo. Me causan gracia los que hablan de falanges, que una falange si, que más no. Les pregunto ahora a ellos. Cuando están ahí, con la colita paradita y toda chupadita, ¿cómo mierda se dan cuenta lo que está entrando? Yo pienso que cuando hubo mucho beso negro del bueno, te pueden meter hasta una silla que lo vas a disfrutar.

En tren de confesiones, no, eso mejor no decirlo. El que me sigue, alguna vez lo he dicho, es medio asqueroso y creo que no hace a la cuestión haberse probado a uno.

De todos los que ya no tienen dudas, que alguien me niegue que nunca intentó chuparsela. Yo no llego, la panza y mi poca elasticidad no me lo permiten. Pero estoy seguro que de llegar, me la chuparía mas de una vez. Che, es una parte propia. ¿Acaso no se la tocan? ¿Y se la tocarían a otro? Yo no, tomen! Pero la mía me encanta tocarla mucho. El otro día conté que en los 90' me debo haber tocado el 98% de los días. Incluso los días que cogía. Si, en esa época cogía. (No mucho).

No siento nada cuando escucho "yo soy lo que soy y no tengo que dar excusas por eso" de Sandra Mihanovich. Pero me siento una diva cuando escucho "¿A quién le importa?" de Thalia. Eso me acerca un poco más a la homosexualidad y lo se. Se me llena el culo de preguntas. Acá no puedo discutirles.

Ojo, tengo cosas que me alejan del tema. Soy desordenado. No soy para nada coqueto. No me gusta Erasure (aunque me se el pasito de oh lamour). No me gusta Ricky Martin. No conozco un hombre que me atraiga. Mi permitido es una mujer. No tomo Coca Light. No tengo ropa rosa. No doy suave. 

No se, el tiempo dirá. Quien dice en un tiempo sigo los pasos del pibe Candelmo y me encuentran por los bosques de Palermo revoleando la ......... cartera.

Yo pienso que alguien más alguna vez se lo habrá planteado. 

Mi conclusión de hoy es que todavía no estoy preparado para lastrarme una.

No se asusten! Es ficción!



Los saluda un servidor @augustogloop

jueves, 10 de febrero de 2011

Cita a ciegas Real - Fantasía



                                                           ... soy vagabundo de tu lado más profundo
                                                           por un segundo de tu cuerpo doy el mundo...
                                                                     AC - La parte de adelante


Las reglas eran claras.

- Oscuridad total.
- Nada de nombres.
- Nada de datos personales.


Llegué al juego acompañado por un amigo, era parte de las instrucciones que habíamos leído. Me vendó los ojos y me acercó a la puerta. De repente sonó un timbre, abrí la puerta y entré. Sentí una respiración no muy lejos luego de que se cerró la puerta. Conté hasta veinte y me quité la venda. Era exactamente lo mismo. No se veía nada.


- Hola - dije.
- Hola - me respondió una voz muy dulce a unos dos metros de distancia.


Empecé a caminar lentamente con las manos para adelante. De repente tuve mi primer contacto. Sentí su piel. La acaricié. Imaginé que tenia puesto un vestidito cortito y sin mangas, porque pude tocar su hombro. Ella me acarició la cara. Buscando mis rasgos. Yo hice lo mismo. Todo era muy loco.


Habrán pasado dos minutos en los que nuestras manos fueron conociendo el otro cuerpo en una forma muy suave. Tenía lindas formas. Lentamente nos empezamos a besar. Me gustaron sus besos. Sospecho que le gustaron los míos. Las caricias se fueron transformando en abrazos y de a poco la ropa fue abandonando nuestros cuerpos. Casi sin quererlo, solo nos habíamos saludado y ya estábamos los dos desnudos.


El juego tiene es gustito de lo desconocido. Esa adrenalina que genera una situación nueva e irrepetible. Los nervios hacen que uno no sepa como actuar, como moverse. La oscuridad potencia los otros sentidos. El tacto se vuelve energizante. El gusto desarrolla nuevas sensaciones. El olfato crea decorados. El oído potencia los sonidos.

Todo fluyó hacia una cama que descubrimos entre los besos y los abrazos. Nos recostamos y volamos. Todo a oscuras y en silencio. Su cuerpo era hermoso, armonioso, perfecto. Sus movimientos eran únicos. Yo estaba que explotaba. Mi sexo no entraba en mi cuerpo. Seguimos besándonos e hicimos todo lo que se pueda hacer en una cama entre un hombre y una mujer. Todo.

Había un tiempo estimado del que no nos podíamos exceder. Cumplido el mismo, teníamos que buscar una de las puertas para salir sin poder mirar atrás. Del otro lado nos iba a estar esperando alguien desconocido que nos llevaría con la persona con la que vinimos. La señal era un timbre. Un timbre que nunca hubiese querido escuchar.

Nunca supe si nos estaban viendo o escuchando. Llegamos juntos al final con una precisión incalculable. Caímos rendidos en las sábanas que para ese momento ya estaban revueltas. Volví a besarla ya por última vez. Sonó el timbre.

- Me volviste loco - le dije.
- Y vos a mi - alcancé a escuchar.

Un último beso fue necesario.

Desnudo, volví a caminar con las manos hacia adelante, pero esta vez en busca de un picaporte. Lo encontré.  Golpée la puerta y del otro lado abrieron. La luz era muy tenue. Salí sin darme vuelta. Me alcanzaron una bata y me llevaron hasta un baño. A los cinco minutos llegó mi amigo con mi ropa. Me vestí y salimos del lugar.

En mi cabeza quedaron tatuados su olor, su gusto, sus formas y, sobre todo, su hermosa voz. Aunque solo le escuché cinco palabras.






derrape fantasioso by @augustogloop

miércoles, 2 de febrero de 2011

Esas ganas - Maqueta



                                                                                   Y sin sabe por qué
                                                                                   me quedo viendo el sol caer...
                                                                                   (AC - Comida China)



El día terminaba y yo seguía a la deriva.
Tenía ganas de hacer algo, pero todavía no conocía a nadie como para interactuar.
Mi vida en esta nueva ciudad me estaba costando mucho más de lo que me imaginaba.
Sentado en el banco de la plaza del centro, solo venían a mi viejos recuerdos de una vida que se alejaba demasiado.
La decisión de haberse alejado de la gran ciudad me hacía bien a la cabeza, pero mal al estado de ánimo.
Me estaba purificando, me estaba rescatando, pero ya estaba empezando a sentir la necesidad de hablar con alguien más que mi capataz.
Todo el día recolectando frutas. Un stop al mediodía para comer algo y después a la ciudad a descansar en la habitación que había alquilado.
Rutina.
Rutina.
Rutina.
El gustito seguía ahí.
El miedo también.
Las ganas nunca se iban.
De repente, apareció ella. Como caída del cielo. Y creo que me bloqueé.
No podía dejar de mirarla. No podía dejar de desearla. No podía dejar de soñarla.
Pero mi timidez era más fuerte.
Nunca imaginaba que podía ser ella la que de el primer paso. Y lo dió.
Se acercó, me preguntó mi nombre, me sonrió y se fué.
Yo seguí sin moverme. Ahí sentado. Atrapado por mi vergüenza. Viendo como el sol se iba.
Por primera vez en mi vida no se me cruzaron los pensamientos oscuros que me acompañaron hasta este pueblo.
Las ganas de matar se habían dispersado en el campo.
Podía decir que estaba empezando una nueva vida.
Espero poder aguantar.
Ya no se para donde escapar.